José Pulido Navas


Nacido en Jaén en 1958. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Periodista, en la actualidad soy Responsable de la Unidad Informativa de Radio Televisión Española en Ávila. Resido en Ávila desde el año 1993. Como poeta soy autor de los poemarios
Donde se escribe el silencio (1985), Viejos Rituales (1988), La Ciudad y la Reina (2000), El corazón disperso (2005), Movimiento Circular (2006), premio Internacional de Poesía Rafael Morales y Los Enigmas de la Esfinge, premio Internacional de Poesía Luis López Anglada 2009. Miembro del Consejo de Redacción de la Revista Literaria El Cobaya, que edita el Ayuntamiento de Ávila y dirige José María Muñoz Quirós. He colaborado en iniciativas poéticas y libros colectivos como Murallas Abiertas, encuentro de poesía Ávila-Navarra 2007, Los Colores de Ávila, 2007, Encuentro de Poesía Iberoamericana de Salamanca 2009, y Libro Homenaje a Camilo José Cela “Luz en los Balcones” , 2009


EL PÁJARO SOLITARIO

El Pájaro Solitario pone el pico al aire.
Su canto se abre al infinito,
como la música escapa a las redes
del significado y vuela a las alturas
que preceden a la forma,
que albergan en su seno todas las formas.
Prefiere sus tormentas al nido complaciente.
Los chamanes saben que cada persona
tiene un pájaro protector, un gemelo
que habita en esa región más alta,
y solo visitamos en los sueños.
Volar con sus alas es acceder
a la fertilidad del silencio,
penetrar en la noche del Alma,
perderse en una absoluta confusión:
tierra, aire, fuego y agua,
esperar que la Luz se manifieste
y dé razón de lo nunca expresado.
José Pulido Navas

LA CANCIÓN DE LAS ARENAS

Para oir la canción de las arenas
es preciso adentrarse en el desierto
y escuchar: Quizá suenen los violines
histéricos del viento entre las rocas.
Una atenta quietud nos servirá
los dones del silencio, la tersura
carnal de su latido, que resuena,
como un eco en nuestra sangre
y concierta los ritmos de la vida.

Quizá para entonces sea de noche,
los sentidos se afinen extremados
y canten, melodiosas, las arenas.
No habrá otra voz que iguale su dulzura
ni cristal comparable a su armonía:
plenitud que se cumple en su extinción.
Buscaremos el exacto lugar
de este prodigio y será en vano,
espejismo perdido entre la sed
y la ilusión de hipnóticas serpientes.

Las arenas no entregan su canción,
no deciden el premio ni el castigo,
sino que se dan luminosamente
en el misterio, esa realidad
sin códigos ni pactos que la tasen.
Hay en su voz sutilezas de brisa
que desandan la noche de los ecos.
Nos salen al encuentro como el pájaro
que en el cantar declara su sentido.
José Pulido Navas 

2 comentarios:

  1. Magníficos poemas. Gracias.

    Y ENHORABUENA por el San Juan de la Cruz, sin duda: merecido.

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