El recital en diecisiete imágenes


Salida desde la Plaza Mayor ...

... ante la estatua de Antonio Machado

Ante el busto de Rubén Darío

En el patio de la Casa de Machado

Junto el monumento a San Juan de la Cruz


La "comitiva" de camino al ...

... Jardín de los Poetas ...

... en un marco incomparable ...
de belleza sin igual ... ; -)

Poemas y canciones en la pradera
a los pies del Alcázar

Reponiendo fuerzas en los jardines del monasterio

El Prior glosando la vida del Santo

En torno al ciprés plantado por San Juan ...

 ... lo del "marco incomparable ..."
ya lo había mencionado ¿verdad?
... más poemas en el interior de la cueva ...

... algunos aprovecharon para sentarse ...

En la Iglesia el "Cántico espiritual"

Y al terminar ... "¡hacía un hambre!"...



La prensa dijo .....

Recital poético "Palabras para plantar Primaveras"

Programado para el próximo sábado 31 de marzo de 2012.

Con salida a las 11 de la mañana desde la Escultura de Antonio Machado en la Plaza Mayor y llegada a las 13 horas al Convento de San Juan de la Cruz en cuyos jardines, Iglesia y cueva tendrán lugar los distintos actos programados hasta las 14 horas (hora aproximada de finalización).

¿Para qué?

          …Y Juan Luis, el prior, pensó en voz alta que sería muy bonito que recitales como "Regalando Poemas" se hiciesen en muchas de nuestras escuelas y de nuestros centros de Secundaria y Bachillerato. Y que San Juan de la Cruz, nuestro gran poeta lírico, y su casa, el Monasterio, fuesen elementos impulsores decididos de esta iniciativa.


          Pero quiso y quisimos que el Recital fuese un homenaje a nuestro gran poeta místico y a la poesía en general, y, por eso, también, un homenaje a otro de nuestros grandes poetas, Antonio Machado.

          Y quiso y quisimos y queremos que sea también una fiesta, un encuentro alegre en torno a la palabra ¿A que sí Hedo?

          Y un acto solidario, que dijo Esteban, como lo era “Regalando Poemas”, como entendemos lo debe ser siempre la poesía.

          En esas andamos el grupo de amigos del verso que nos juntamos en "Palabras para plantar Primaveras" que sugirió Ignacio.

Plantarán Primaveras:

           · Amparo García Otero
           · Carlos F. Aganzo
           · Carlos Reviejo
           · Carmen Truchado
           · Daniel Noya
           · David Hernández
           · Esteban Monjas Aguado
           · Feliciano Ituero
           · Francisco Hernando Manso
           · Ignacio Sanz
           · Jesús Hedo Serrano
           · José Manuel Guitian Rivas
           · José Luis Rojo Vírseda
           · José María Muñoz Quirós
           · José Pulido Navas
           · Mario Antón Lobo
           · Pedro Blanco García
           · Tomás Nestor Martínez Álvarez y David Sanz Estévez (Viola)
           · Valentín Orejana


Promueven: 


 Centro San Juan de la Cruz
ONG Amigos de Futuro Vivo

Organizan:

Grupo Amigos de la Poesía
y  “Grupo Escuela”

Colabora:
Empresa Municipal de Turismo 

Patrocinan:

 
La Caixa

Caja Segovia-Bankia
Obra Social y Cultural

Consejos para asistentes al recital

Si el tiempo lo permite, el día 31 de marzo y con salida en la plaza mayor nos desplazaremos callejeando, caminando y recitando hacia la arboleda de la Fuencisla pasando por el Arco de Santiago; y de allí al Convento de Padres Carmelitas "San Juan de la Cruz".


El trayecto de ida son algo más de 2 Km. "de bajada" que después habrá que desandar. Lleve calzado cómodo y planifique el regreso.

Amparo García-Otero



Cantante y compositora. Estudió Filosofía y letras en la Universidad Autónoma de Madrid y canto en el Conservatorio de Valladolid. Cinco CDs editados: "Castilla, mi corazón espera", "Pisa despacio", Vivo sin vivir en mí (sobre poemas de Sta. Teresa de Jesús), "Juglares del Duero" (junto al cantautor Nino Sánchez) y "Nadie es más que nadie".

El primer poema que ha seleccionado es de Antonio Machado "Soñé que tú me llevabas", dedicado a su esposa que falleció muy joven.

Los ojos de la tierra es un poema propio que fue clasificado para ser leído y editado en el libro conmemorativo del III Día Internacional de la Poesía en Segovia.



Soñé que tú me llevabas...

Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueño, tan verdaderas!....

Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
Antonio Machado

Los ojos de la tierra

Voraces ojos que todo lo contemplan
desde la savia errante que genera los frutos,
desde la llaga eterna de la flor encendida,
desde la vieja lumbre de los siglos,
desde el Edén perdido.

Viejos ojos anclados en el alma del tiempo,
en el sueño impasible de las sombras,
ojos de herrumbre oscura,
ojos que lloran como llora el hombre,
ojos que son los ojos con que al nacer nos vieran
ángeles invisibles que guardan los caminos.

Los ojos de la tierra velan en la distancia,
nos perturba el ardor de su pupila inquieta,
hablan en el silencio de la noche,
convocan el exilio de los desamparados,
que vagan en los surcos del crepúsculo
con las alas perdidas en el rumbo ancestral de los abismos.

Los ojos de la tierra, maternales timones
que nos llevan al punto de las horas
en que una voz eterna nos convoca
hacia la tierra misma,
dulcemente.
Amparo García-Otero

Carlos Aganzo

Nació en Madrid en 1963. Es autor de los poemarios Ese lado violeta de las cosas (1998), Manantiales (2002), Como si yo existiera (2004), La hora de los juncos (2006), Caídos Ángeles (2008), Las voces encendidas (2010) y Las flautas de los bárbaros (2012); del ensayo biográfico Jorge Pardo. Improvisaciones ( 2000); del libro de viajes Rutas por las Juderías de España ( 2008) y de las guías de la serie "Ciudades con Encanto" Ávila (2004), Toledo (2006), Segovia (2007), Tarragona (2008), Girona (2009), Lugo (2009), Soria (2009) y Pontevedra (2010). Sus trabajos han merecido distinciones como el Jaime Gil de Biedma (2010) o el Universidad de León de Poesía (2012). Es coordinador literario de Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz y pertenece a la Academia de Poesía de Fontiveros. Como periodista ha sido jefe de Cultura y subdirector del diario "Ya", director de la revista cinematográfica "Interfilms" y de los rotativos "La Voz de Huelva" y "Diario de Ávila". Actualmente es director de "El Norte de Castilla".


LA NOCHE

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme, y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
San Juan de la Cruz

NOCTURNO SOBRE EL ADAJA
El autor responde a San Juan de la Cruz 

En una noche oscura
no se debe mirar de frente a las estrellas
pues su luz fácilmente nos confunde
y nos lleva hacia extrañas geografías
que no son de interior.

En una noche oscura
la ciudad queda arriba y encerrada,
descalza y temblorosa,
y no sabe de mí, no sabe que voy preso,
acusado de amor y condenado.

¡Qué poco importa todo
cuando se ha visto el sol, cuando se sabe
que no hay cárcel de amor donde no alcancen
el aroma febril de la azucena
o el canto libertario de los lirios!

Pues todo importa nada
cuando hay sendas secretas
que abandonan el cuerpo
y salen a la noche
y dejan el corazón flotando en el silencio...

En una noche oscura
están las espadañas tiritando
y la lengua del río sube teso arriba
llamándome por tu nombre.

Exhausto quedó el cuerpo;
doblado lo dejé sobre la almohada.
Carlos Aganzo

Carlos Reviejo


Nació en El Tiemblo (Ávila). Cursó estudios de de Peritaje en Béjar y Madrid, y, en esta última ciudad, siguiendo su verdadera vocación, los de Magisterio. 

Su contacto con el mundo infantil le inclinó, desde muy pronto, a escribir para los niños, aunque sin dejar la poesía para adultos. En este campo tiene tres poemarios editados: Desde aquí dentro, Como el aire que respiro y Evocación de la inocencia.

Entre los dedicados a la poesía infantil cabe destacar: Dragonalia, La canción del grillo, El sapo y la luna!, Abezoo y Abecedario de arte. Un paseo por el Thyssen.

Algunos de sus libros han recibido premios y menciones, como el Mirlo Blanco y Libro del año del Banco de Caracas (ambos por Dragonalia), Primer Premio al Libro Mejor editado en año 1997, por la antología poética para niños Canto y cuento . En el año 2005, el libro, de cuyo texto es autor, Don Quijote en pictogramas, obtuvo la Mención de Honor de la Feria internacional de Bolonia. Algunas de sus obras han sido traducidas, además de a las lenguas nacionales, al portugués, coreano, árabe, checo, alemán, italiano...


Silencio penitente

¿Quién soy?, brota mi grito a borbotones.
Choca mi voz contra la losa,
corazón insensible de granito,
y un eco adormecido es la respuesta.

Camino solo en medio de la gente.
Detrás, igual que un coro, van mis dudas,
cortejo que acompaña a mi silencio,
que encuentra en el rumor la soledad.

Voy como un loco triste por las calles,
con el alma encendida como un cirio,
buscándome a mí mismo entre las voces.

Desnudo, árbol herido del otoño,
llevo pesada cruz a mis espaldas
y el insonoro grito de mi voz.
Carlos Reviejo
Plegaria del alma impaciente

Tu emboscado, Señor, dulce querube,
cupido celestial, su dardo lanza,
y en vuelo sideral a mi alma alcanza,
esa flecha de amor que hacia ti sube.

Llagado el corazón y hecho de nube,
transido de dolor y de esperanza,
llévame a tu morada sin tardanza,
que me quema este amor que yo te tuve.

No te demores más, no te demores,
que tengo el corazón en pleno vuelo,
y de muerte son ya estos sudores.

Culmina ya estas ansias, este anhelo,
que me abraso de fiebres y de amores
por ser uno contigo allá en tu Cielo.
Carlos Reviejo 
Me anticipas, amor, las primaveras

Cuando todo es naufragio en mi camino,
y no encuentro salida a mis quimeras,
voy buscándote, amor, igual que un ciego,
tanteando los bordes de mi abismo.

Y sé que estás allí, donde te busco,
que me brindas tus brazos siempre abiertos,
y, uno a uno, diluyes mis fracasos
y haces brillar la estrella de mi norte.

Que eres ungüento, sé, para mi herida,
y que encuentro el calor en tu regazo
y el aliento para seguir soñando.

Me anticipas, amor, las primaveras,
y, de entre mis cenizas, tú consigues
que renazcan con más fuerza mis alas.
Carlos Reviejo 
Cántico carnal
A Juan de Yepes, ángel fieramente humano
Amor, fue Amor, más que divino humano,
el que prendió la llama de tus versos
y te llevó del bosque hasta el otero
buscando la presencia del amado.

Amor, carnal Amor, y Amor sin freno,
que de tanta pasión te dejó el alma
convertida en crisol y ardiente llama,
y así tu corazón se te hizo fuego.

Amor, alado Amor, etéreo Amor,
que en pleno corazón, como ángel ciego,
vertió certera flecha su veneno
y enfermo para siempre te dejó.

Amor, al fin y al cabo. Fuego Amor,
que aunque brotó del alma, al quemarte,
el fuego de su llama se hizo carne
y en llama de amor vivo se trocó.
Carlos Reviejo 

Mª Carmen Truchado Pascual


Es segoviana. Es maestra de Educación Primaria. Escribe poesía y relato breve. En 2005 publicó
Tu nombre: Amor, su primer libro de poemas. Posteriormente tiene otros tres libros inéditos: Pájaros de ensueño, Canción de Amanda y Un día de estos, de los que ha realizado lecturas en diversas provincias. Para los pequeños ha escrito otros dos libros de poemas aún inéditos. Colaboradora como poeta y crítica en distintas revistas de poesía y literatura de Castilla y León y en la edición de los Cuadernos de Profesores Poetas del IES Giner de los Ríos de Segovia. Ha conseguido varios premios en certámenes de poesía. Ha participado en diferentes antologías de poesía y relato. Realiza sesiones de animación a la lectura en los colegios y para adultos.


QUERCUS PYRENAICA

Herido de vacío en esta tarde
te allegas a mi sombra como entonces.
Pero antes eras joven. Hoy otoño.
Apenas somos tiempo, a duras penas.
Ya sólo soledad, mirada antigua,
que abraza un horizonte inabarcable.
Retomas la memoria de lo eterno,
la rueda del pasado que, infinito,
gestó mi corazón y mi enramada.
Posada del amor, yo te recuerdo
y a aquellos que a despecho de mis hojas
hallaron a mis pies un muelle lecho.
Mi copa guarda aún el reverbero
de cuerpos enlazados en un sueño
de efímera armonía o contrapunto,
combate del amor contra la muerte,
el eco de los labios que besaron
las manos que tocaron y no tocan
los pies que no caminan ya y tan sólo
son polvo del camino.
Te sientas esperando y gritas nada
Y el aire no responde. Sólo escuchas.
Descansas tu nostalgia en mi latido,
rescatas del olvido las palabras,
las voces del silencio,
los besos que son labios y descubres
deseos que despiertan.
Corre aún por mi savia el elemento
nutricio de los versos del poeta;
su voz, su luz, la música que asciende
del arca del ayer. Omnipresente:
“Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado
do mana el agua pura:
entremos más adentro en la espesura”
Mª del Carmen Truchado Pascual
GLOSA A MACHADO
“Tengo dentro de un herbario
Una tarde disecada
Lila, violeta y morada,
Caprichos de solitario”
                 A. Machado
Tengo dentro de un herbario
de tiempo, memoria y verso
las briznas de hierba y alma
de una tarde de paseo.
Por Segovia, la Alameda,
al Alcázar, un sendero
para el amor imposible
del poeta de los sueños.

Una tarde disecada
de esperanzas y de encuentro.
Machado y Guiomar caminan.
El aire tibio y el cielo
cuajado de astros. La luna
-testigo de aquel momento-
cómplice firma en el agua
del Eresma su secreto.

Lila, violeta y morada,
suave seda de un pañuelo,
que filtra el tiempo y envuelve
la estampa para un recuerdo
con que colmar de caricias
las ausencias y el incierto
futuro de los amantes:
su “Tercer mundo” de ensueño.

Caprichos de solitario,
ironías de amor ciego.
En la noria de la vida
juntos dolor y deseo;
afanes de risa nueva,
presagios de un tiempo huero.
El cangilón de la espera
mueve el agua del correo.

Guarda Segovia en el aire
luces y sombras, los ecos
de las palabras que fueron
muerte y vida y agua y fuego,
tarde y alba enamoradas.
Poema, voz en el Tiempo,
fuera del tiempo el amor
que fue posible en el sueño. 
Mª del Carmen Truchado Pascual

Daniel Noya Peña


Nace en Arenas de San Pedro y reside en Piedralaves. En la actualidad es profesor de Filosofía en La Adrada. Es autor de los siguientes libros de poemas: Cierra el portón, Cuatro raíces, Cuaderno de incidencias y Luces de gálibo. Está escribiendo un nuevo libro: Órdenes del corazón. Ha colaborado con poemas en diferentes revistas como Trasierra, El signo del gorrión, Carcaramusa y en la revista Contracorriente. También ha participado en recitales en Institutos, Bibliotecas y Casas de la Cutura.



El despertar
a León Ostrov
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre

Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?


El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
Alejandra Pizarnik


Ha oscurecido
"Muerte, sé humana" (Georg Trakl)
Ha oscurecido y es elemental refugiarse en el animal
que ama la noche.

No tiene armas, ni habla con la divinidad.

Y no quiere
que le devore la muerte.

Las estrellas le ofrecen su ternura pero en su cabaña
vibra hoy la soledad.

Conoció el azul, estuvo en el país del sueño
donde recogió unas flores que con el tiempo se ajaron
dentro de sus páginas.
Le abrasa ahora el silencio y no encuentra la frescura
que entonces encontró en su casa.

Ya solo le interesa la eternidad, la voz que nutre,
la oración que no sepa a lamento.

En su gris inventario se eleva un desamparado fulgor
que ya ni siquiera recuerda.

La vida aún le aborda y él no responde.

Hubo deleite donde ahora solo hay trazos,
ramas verdes,
mudos párpados,
la noche que le reduce a polvo,
la pena que le zumba en su callada boca.

Recoge su fruto, su caudal de versos.

Ha plantado un sauce en una humilde roca.

Ha mitigado su voz y llora sin lágrimas sin esperanza.

Muerte, sé azul.

No te demores demasiado en este animal que puso su lira
al desnudo
para atrapar solo un poco de infancia.
Daniel Noya Peña (De “Órdenes del corazón”)

David Hernández Sevillano


Nací en Segovia el 13 de Enero de 1977. 
Casado.
Licenciado en el INEF de Madrid en el año 2002.
Desde 2005 resido en Vegafría, un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, donde compagino mi creación poética con mi actividad profesional en el turismo rural.
Poemarios publicados:
“El peso que nos une” (Hiperión, 2010) XXV Premio de Poesía Hiperión  2010
“Razones de más” (Devenir, 2009) Premio Nacional de Poesía Miguel Hernández 2009 (Fundación Cultural Miguel Hernández)
Diversas colaboraciones y publicaciones en revistas literarias (Piedra del Molino, Campos de pluma, Luces y sombras) 

PIÑA DE LUMBRE

El fuego laborioso hace de oro
sus escamas tupidas, y ya es
una rosa de ascua.
La socavan las llamas impacientes,
la acometen sus lenguas codiciosas,
y cede aquí, de su tesoro, espléndida,
un pétalo de plata.
Se deshoja despacio,
se va abriendo con tiempo
a esa primavera de su quiebra.
Y cuando se diría
que fuese a derrumbarse, porque cruje
la prieta arquitectura,
sobrelleva el embate, aunque ya es
una rosa apurada.
Luego un pequeño toque bastará.
Una lengua muy fina hallará paso
hasta su recoveco,
y, apenas con soplar, romperá el sello
de su cámara íntima. Y entonces
se desmoronará de golpe, súbita,
la estructura completa. Pero ve
cómo resiste aún la vieja ruina,
ese abrasado corazón, tan tuyo,
porque es ceniza, y arde.
Miguel Ángel Velasco (La miel salvaje) 

PUEBLO CASTELLANO

La torre de la iglesia como el mástil
erguido de un velero
despuntaba en un mar de sementeras.
A su abrigaño el pueblo sesteaba.
Enfermaron de frío las palabras
y los sueños. Sólo de alguna débil,
escasa chimenea ascendía
un reguero de humo perezoso
como un recuerdo lento.

Ella reconoció
el roce de febrero en los pulmones.
Llegó de abotonar
los surcos de un pasado fronterizo.
Con sus pasos azules
zigzagueó las calles polvorientas,
se sentó junto al tronco de la olma
y acarició la tierra con sus manos.

No sé qué pasa con el sol de invierno
que abre zanjas de risa en el vacío
y le pone corchetes al silencio.

Un viento suplicante, igual que una
torpe interrogación, serpenteaba,

¿qué quedará de ti cuando hayan vuelto
a sus escaramuzas los vencejos?

Silva el agua lejana de la acequia.
En su lecho de musgo el pueblo duerme.
Ella lo ve y sonríe,
como en todas las cosas de la vida
a fuerza de pasar el tiempo tuvo
una vaga intuición:
que el mundo no terminará en nosotros.

Ella cerró los labios
para que el sueño todo le cupiera.
David Hernández Sevillano

Esteban Monjas Aguado


Padre de Pablo y Mario. Maestro. Y maestro de pequeñajos. Piensa que la sola palabra maestro debiera valer para llenar una reseña biográfica. El Recital que él ha empezado a preparar será uno de los primeros frutos de este "Regalando Poemas". Amigo de Futuro Vivo y de sus amigos.


Cree que la palabra es hermosa cuando es coherente con los hechos.



Alturas

Yo no distingo ya
desde un piso cuarto
un cetro de oro
de un bordón de palo.

Y pienso que a mil metros,
desde el vuelo perdido de los pájaros,
debe de ser lo mismo
la toca de una bruja que el capuchón de un santo.

Y que allá de ese vuelo
más alto… muchísimo más alto,
desde el sitio de Dios,
fuera del tiempo y del espacio,
el hombre no se verá ya
ni grande ni chico, ni bueno ni malo.
León Felipe
Siempre habrá nieve altanera 

Siempre habrá nieve altanera
que vista el monte de armiño,
y agua humilde que trabaje
en la presa del molino.
Y siempre habrá un sol también
—un sol verdugo y amigo—
que trueque en llanto la nieve
y en nube el agua del río.
León Felipe

Feliciano Ituero Bravo



Nació en Abades en 1952. Maestro de Educación Especial, folclorista, dulzainero, guitarrista, componedor de coplas y pregonero. Ha formado parte de varios grupos musicales (Tuna de Magisterio; Ronda Segoviana; Salva y Feliciano; Dúo Resurcos…) Ha realizado las transcripciones musicales de varios libros de folclore segoviano, “Agapito, pito, pito”, ”Repertorio Infantil ” y “La Jota” en colaboración con Claudia de Santos, Ignacio Sanz y Luís Domingo y con Isidoro Tejero Cobos “El Cancionero Popular Segoviano” y “Costumbres Segovianas”. Ha creado la banda sonora de varios documentales del escritor y realizador Miguel A. Benito del Pozo. Es autor de los CDs. y libros “ De la Tierra: Canciones y Romances…” y “Canciones y Danzas para los más niños”. Preside la Asociación Cultural “Resurcos” dedicada al estudio y divulgación del folclore segoviano.

La Noria

La tarde caía
triste y polvorienta.
El agua cantaba
su copla plebeya
en los cangilones
de la noria lenta.
Soñaba la mula
¡pobre mula vieja!,
al compás de sombra
que en el agua suena.
La tarde caía
triste y polvorienta.
Yo no sé qué noble,
divino poeta,
unió a la amargura
de la eterna rueda
la dulce armonía
del agua que sueña,
y vendó tus ojos,
¡pobre mula vieja!...
Mas sé que fue un noble,
divino poeta,
corazón maduro
de sombra y de ciencia.
Antonio Machado  
El Pastorcico

Un pastorcico solo está penando
Ajeno de placer y de contento
Y en su pastora puesto el pensamiento
Y el pecho del amor muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado
Que no le pena verse así afligido
Aunque en el corazón está herido
Mas llora por pensar que está olvidado.

Que sólo de pensar que está olvidado
De su bella pastora con gran pena
Se deja maltratar en tierra ajena
El pecho del amor muy lastimado.

Y dice el pastorcico: "¡Ay desdichado
De aquel que de mi amor ha hecho ausencia
Y no quiere gozar la mi presencia
Y el pecho por su amor muy lastimado!"

Y al cabo de un gran rato se ha encumbrado
Sobre un árbol do abrió sus brazos bellos
Y muerto se ha quedado asido de ellos
Del pecho del amor muy lastimado.
San Juan de la Cruz

Romance del milagro de San Marcos y el león

En el día de San Marcos,
un gran suceso ocurrió,
cuando un grandioso circo
en Segovia se instaló.

Entre las fieras del circo
sobresalía un león,
que daba miedo el verlo
por su aspecto tan feroz.

En esa tarde se abril,
en medio de la función,
de una forma increible
el animal se escapó.

Y corriendo endiablado
hasta el Clamores llegó,
y dejó patidifusos
a todos los que encontró.

Hasta que atisbó una cueva
que al final del valle halló
y metiéndose en ella
la fiera se refugió.

El bullicio de la fiesta
que al poco rato empezó,
los cohetes y campanas
asustaron al león.

Llevaban al Santo en andas
con alegre devoción,
al bailar jotas y danzas
con dulzaina y con tambor.

Al presentarse rugiendo
en medio la procesión,
se montó la desbandada
corriendo con gran pavor.

Solamente se quedaron
al alcance del león,
una abuela con su nieto
y la imagen del Patrón.

Y cuando todos temían
que ocurriera lo peor,
desde el interior del Santo
una voz fuerte sonó.

-¡Tente fiera! ¡Tente! ¡Tente!
Y aquel terrible león
al oír esas palabras
en manso se convirtió.

Como si fuera un cordero
se lo llevó el domador;
todo el barrio admirado
entonó cantos de honor.

¡Qué viva siempre San Marcos
nuestro Bendito Patrón,
que nos ha librado a todos
de las garras del león!

Aquí termina el relato
del milagro que ocurrió
en la ciudad de Segovia
con San Marcos y el león.
Texto y música de Feliciano Ituero

Francisco Hernando Manso


Es maestro y pedagogo y licenciado en historia y director de teatro aficionado y arreglador de problemas ajenos, y "profe" queridísimo de la Universidad de la Experiencia … Y es miembro del “Grupo Escuela” de Renovación Pedagógica donde comparte sus saberes y amores por la lectura, por el cuento, por la poesía con otros compañeros. Y participó activamente, con dicho grupo, en la redacción de “La Poesía en la Escuela” con estrategias para ayudar a los compañeros y padres a trabajar la poesía. Y le apasiona bucear en la Historia de Segovia tanto como contarla en octosílabos, Y escribirles sonetos a los amigos que se jubilan, aunque a veces haya que añadirle o quitarle una sílaba a algunos de sus versos...

Es, sobre todo, buena gente y ama la escuela. 

(Y tan modesto que le ha tocado a un amigo realizar esta pequeña reseña)


MARIA DEL SALTO

Alfonso “El Sabio” narró” / en una de sus Cantigas
un milagro que en Segovia / se recuerda todavía.

En nuestra noble ciudad / hace tiempo que vivía
una distinguida joven / de nombre Esther y judía.

No amaba su religión / otro gran amor tenía
y abrazar el cristianismo / la notaban que quería

Mas, en su casa enterados / y en su comunidad
a la conversa judía / querían hacer renegar.

Con razones no pudieron / su fe hacerla doblegar
y acordaron acusarla / de adulterio, sin piedad
-de yacer con un casado / sin ella casada estar-
y por castigo acordaron / la debían arrojar
desde las peñas grajeras / para bien se despeñar.

Mucha gente allí acudió / para el hecho presenciar
más ninguno imaginó / lo que había de pasar:

Esther miró a lo lejos, / a la antigua catedral,
donde se hallaba la Virgen / en la puerta principal
y rogó que la ayudase / en ese trance fatal.

No más que la arrojaron, / antes de al suelo llegar,
acudió la virgencita / y en su manto celestial
en el suelo la dejó / con una gran liviandad.
Todos vieron el milagro, / nadie lo pudo negar.

Se nombró a la Fuencisla / Patrona de la ciudad
y se le hizo una ermita / donde acudir a rezar,
para que siempre a Segovia / librase de todo mal.

La judía, desde entonces / tornó su nombre en María;
y en recuerdo de aquel salto / los segovianos la llaman:
                            -María del Salto-
Francisco Hernando Manso

ROMANCE A LA CATEDRAL DE SEGOVIA

Contaros quiero señores
una historia original,
cómo nació en Segovia
su espléndida Catedral
“dama de las catedrales,
orgullo de la ciudad”.

Allá por el siglo doce
en Segovia había ya,
ubicada ante el Alcázar,
una antigua Catedral
que con el séptimo Alfonso
se comenzó a edificar;
de nombre Sta María,
románica y singular,
a la cual los segovianos
solían se encomendar


Siglo dieciséis llegado,
años veinte al despuntar,
Comuneros castellanos
se negaron a entregar
al Rey Carlos los impuestos
para hacerse coronar.
Juan Padilla, en Toledo
no paraba de instigar,
Maldonado en Salamanca
tampoco quedaba atrás,
y el segoviano Juan Bravo
también les iba a la par,
Eran jefes comuneros,
no se querían subyugar
ante flamencos llegados
con el Rey a gobernar.
Así comenzó una guerra,
guerra de armas tomar.

Realistas y comuneros
empiezan a guerrear,
toman unos el Alcázar
los otros la Catedral
y hacen desde las torres
sus pendones ondear.
Además de los insultos,
espadas hacen brillar,
y al tronar de los cañones
flechas vienen, flechas van.
Asaltos con gran denuedo
cada día abundan más,
queman, rompen y saquean,
no contentos con matar.

Acaba, por fin, la guerra
cuando logran apresar
a los jefes Comuneros
en campos de Villalar
ya que perdieron la guerra
ante el ejército Real;
y en el patíbulo un verdugo
sus cabezas hizo rodar
El Rey mandó otro tanto
con quien osó protestar.

Roto quedó el Alcázar,
aún peor la Catedral,
pues además de sus muros
maltrataron el lugar,
ya que el recinto sagrado
no quisieron respetar
y sirvió de fortaleza
en lugar de para orar

El Cabildo, muy prudente,
se apresuró en trasladar
a la Iglesia San Andrés
los iconos sin quemar,
y al Convento Santa Clara,
muy cercano a este lugar,
marcharon los feligreses
a rezar y a comulgar.

Enseguida Carlos quinto
presto hizo distanciar
la Catedral del Alcázar,
ya para siempre jamás.
Y ordenó se construyese
en el concreto lugar
donde estaba el Convento
una nueva catedral,
prometiendo dar dinero
de la suya arca real

Como el dinero no llega,
el Cabildo inquieto está
y junto con el Obispo
se deciden a encargar
al arquitecto Hontañón
las trazas de edificar,
confían en los segovianos,
saben que ayudarán
mientras respondan sus fuerzas
y en su bolsa haya un real.

Y en el año veinticinco,
del siglo que en curso está,
ponen la primera piedra
y empiezan a levantar
los muros y las paredes
en los que poder incrustar
vidrieras y rosetones
para que luz pueda entrar,
y se trazan grandes arcos,
arcos de tipo ojival,
que permitan con firmeza
las bóvedas aguantar

Y ponen los arbotantes
para bien acomodar
los abundantes pináculos
que parecen desafiar
a la luna y las estrellas
que no cesan de mirar.
Y diseñaron dos torres,
hacen una nada más
pues por falta de dinero
se queda sin hermanar.

Y por dentro las capillas
se empiezan a completar

Comienza a faltar dinero
y las fuerzas a mermar
y han de pasar muchos años
para verla terminar

Esta es la historia señores
de la nueva Catedral
que por luchas fratricidas
se la cambió de lugar,
y si ustedes no lo creen,
cosa que puede pasar,
adéntrense en su interior
y allí podrán admirar
el claustro de la “Vieja”
que puede testimoniar
que es verdad lo que digo
pues es obra de Juan Guas.
Francisco Hernando Manso 

Ignacio Sanz


Nació en Lastras de Cuéllar en 1953. Ceramista y escritor. Autor de una amplia obra narrativa. También ha publicado libros de romances y de poemas infantiles.



CAMINOS

En la mañanita
de febrero frío,
un cielo cobalto
y un largo camino.
Tú vas a mi lado
y yo voy contigo.
Por la paramera
sopla un viento tibio
y las trigueronas
jilgueros y mirlos
endulzan el aire
con gozosos trinos.
En el Guadarrama
el Peñalara níveo
descuella imponente,
como un sol magnífico;
La Bola del Mundo
y los Siete Picos
de perfil quebrado,
el Montón de Trigo
y La Mujer Muerta
con su pecho altivo:
qué hermoso concierto
de cumbres y riscos.
Tú vas a mi lado
y yo voy contigo.
En un altozano
recién verdecido
un lento tractor
arrastra un rodillo.
En la lejanía
vemos caseríos,
choperas desnudas,
manchones de pinos.
Se aleja el invierno
pasito a pasito
y la primavera
es sólo un atisbo.
Mañana tú y yo
seremos olvido,
y en la misma tierra,
bajo el cielo mismo,
seguirán abiertos
los mismos caminos.
Ignacio Sanz  


PARA VIVIR CONTIGO

Para vivir contigo
me vine desde lejos.
Entonces te soñaba
como imposible sueño,
irreal y distante
en mi entendimiento.
Ahora eres verdad
que toco con los dedos.
Tus pálpitos son míos
y míos tus desvelos,
las calles que me abrazan
y tu pulido cuerpo
de torres con veletas
de perfiles enhiestos;
la luz delgada y pura
en donde me sumerjo;
las plazuelas y fuentes,
casonas y conventos,
tu estampa derramada
de armonía y misterio,
tu lozano semblante,
tu música, tu verbo.
La querencia que tuve
no se agranda por ello;
que a veces te persigo
en las brumas del tiempo
y me invento distancias,
circunloquios, rodeos,
para soñar contigo
a la luz del recuerdo.
Ignacio Sanz 

José Manuel Guitián Rivas


Nace en Peñacastillo (Cantabria) el 12 de enero de 1964. Es licenciado en Ciencias Químicas, ejerciendo de profesor de Física y Química en el Instituto de Enseñanza Secundaria Hoces del Duratón, en Cantalejo –Segovia-. Desde épocas estudiantiles sintió gran afición por la guitarra, que se convirtió para siempre en una fiel compañera de viaje, junto a la cual le ha gustado siempre cantar la poesía de los más grandes autores y de otros no tan reconocidos de nuestra literatura. Su estilo musical se asemeja bastante al de Paco Ibáñez y es, además, un ferviente admirador del cantautor Joaquín Sabina cuyos temas canta con gran pasión con el que no comparte en cambio sus gustos futbolísticos, ya que éste siente inmensa debilidad por el Real Madrid. Ha puesto música a algunos poemas de autores locales, como Guillermo Plaza. En el recorrido poético del día 31 de marzo va a interpretar El pastorcico, de San Juan de la Cruz, y La poesía es un arma cargada de futuro, de Gabriel Celaya. La primera tiene su razón como homenaje al gran San Juan de la Cruz, que es, sin duda, el epicentro de este acto. La segunda goza de gran actualidad, ya que en estos tiempos no está por demás una poesía que, aparte de ser bella, aporte compromiso con el mundo hostil y deprimente que rodea al poeta.



El pastorcito

Un pastorcico solo está penando,
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.

No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.

Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.

Y dice el Pastorcico: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia,
y no quiere gozar la mi presencia,
y el pecho por su amor muy lastimado!

Y al cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho del amor muy lastimado.
San Juan de la Cruz

La poesia es un arma cargada de futuro
(De "Cantos iberos", 1955)
 Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
Gabriel Celaya

Jose Luis Rojo Vírseda


“La vida pide versos, 
igual que la vejez pide caricias”
(David Hernández)

Que “la vida pide versos” algunos lo supimos tarde, David. Por eso, cuando lo descubrimos, nos esforzamos en, pasito a pasito ir introduciendo “La poesía en la Escuela”. Por eso anduvimos “Regalando Poemas” para que a nuestros alumnos no les pasase lo que nos había ocurrido a nosotros.

Hoy, jubilados ya, buscamos caricias y afectos, e
n la familia, en los nietos muy especialmente, en los amigos…, y, también, en los versos. Porque el cariño además de ser el oxígeno de la escuela, lo es de la vida. Y más en la vejez.


Hay un país en el mundo (Fragmentos)
Para Nana y los maestros de “Futuro y Vivo”. Y para Inés y demás hermanas carmelitas artífices de este hermoso proyecto. Recordándolas con cariño.
Hay
un país en el mundo
colocado
en el mismo trayecto del sol,
Oriundo de la noche.
Colocado
en un inverosímil archipiélago
de azúcar y de alcohol.
Sencillamente
liviano,
como un ala de murciélago
apoyado en la brisa.
Sencillamente
claro,
como el rastro del beso en las solteras
antiguas
o el día en los tejados.
Sencillamente
Frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo
sencillamente tórrido y pateado
como una adolescente en las caderas.
Sencillamente triste y oprimido.
Sinceramente agreste y despoblado.

Entonces
es lo que he declarado.
Hay
un país en el mundo
sencillamente agreste y despoblado.

Hay
un país en el mundo
donde un campesino breve
seco y agrio
muere y muerde
descalzo
su polvo derruido,
y la tierra no alcanza para bronca muerte.
¡Oídlo bien! No alcanza para quedar dormido.
Es un país pequeño y agredido. Sencillamente triste,
triste y torvo, triste y acre. Ya lo dije
sencillamente triste y oprimido. …
No es eso solamente.
Faltan hombres
para tanta tierra. Es decir, faltan hombres
que desnuden la virgen cordillera y la hagan madre
después de unas canciones.
Madre de la hortaliza.
Madre del pan. Madre del lienzo y del techo.
Madre solícita y nocturna junto al lecho...
Faltan hombres que arrodillen los árboles y entonces
los alcen contra el sol y la distancia.
Contra las leyes de la gravedad.
Y les saquen reposo, rebeldía y claridad.
Y los hombres que se acuesten con la arcilla
y la dejen parida de paredes.
Y los hombres
que descifren los dioses de los ríos
y los suban temblando entre las redes.
Y hombres en la costa y en los fríos
desfiladeros
y en toda desolación.
Es decir, faltan hombres.
Y falta una canción.
Pedro Mir (Poeta Dominicano 1913-2000)


Un caballo blanco

Madre... no me riñas,
que ya nunca vuelvo a ser malo...
No me riñas, madre,
que ya no vuelvo a llenarme de barro.

Madre... no me riñas,
que ya no vuelvo a manchar mi vestido blanco.
Madre...
cógeme en tus brazos...
Acaríciame,
ponme en tu regazo...
Anda... madre mía,
que ya nunca vuelvo a ser malo.

Así... y arrúllame y cántame... y bésame...
Duérmeme... apriétame en tu pecho
con la dulce caricia de tus manos...
Anda... madre mía
que ya no vuelvo a llenarme de barro.
Madre...
¿Verdad que si ya no soy malo
me vas a comprar
un caballo blanco
y muy grande
como el de Santiago,
y con alas de pluma
un caballo
que corra y que vuele
y me lleve muy lejos... muy alto... muy alto...
donde nunca pueda
mancharme de barro
mi vestido nuevo
mi vestido blanco?...

¡Oh sí madre mía...
cómprame un caballo
grande
como el de Santiago
y con alas de pluma...
un caballo blanco
que corra y que vuele
y me lleve muy lejos... muy alto... muy alto...
que yo no quiero otra vez en la tierra volver a mancharme de barro!
León Felipe

José María Muñoz Quirós


Nació en Ávila. 1957. Profesor de Literatura y de Crítica Literaria. Catedrático de Lengua y Literatura.

Es presidente de la Academia de Juglares de Fontiveros. Miembro de Número de la Academia de Poesía de Castilla y León. Coordinador de Literatura de la Institución Gran Duque de Alba. Director de la revista literaria “El Cobaya”.

Autor de más de veinte libros de poesía, y dos antologías “Quince años no es nada” y “La única semilla”.

Ha publicado entre otros: “Ternura extraña”, “La estancia”, “El sueño del guerrero”, “Ritual de los espejos” “Ávila desde la noche” “Celada de Piedra”, “Material reservado”, “El cuaderno de invierno”, “El color de la noche” “La piedra y el viento”, “Ausencias” “El rostro de la niebla”...

Entre sus premios se encuentran: Jorge Manrique, Tiflos, Ateneo de Salamanca, Gredos, Accesit de Adonais, Vicente Aleixandre. San Lesmes Abad, Fray Luis de León de Castilla y León, Gil de Biedma, San Juan de la Cruz y Ciudad de Salamanca. Premio Alfons el Magnanim de Valencia ...



OH LLAMA DE AMOR VIVA 

Desciendo hasta el vacío y el secreto
de las cosas que dejan en su cima
un perfume de llama, una derrota
de dolor, un cansancio de luz estremecida.
La sombra de tus labios no derrama
más palabras que el tímido lenguaje
de una gota de frío en la corola
de una rosa vencida. Voy llegando
hasta las voces de las mariposas
que se detienen en una hoguera líquida.
Me destruye la voz una luciérnaga
y en esa nada crece mi palabra
en balbuceo de semillas. Surge
en mí la nostalgia de la nieve,
el blanco olor a tiempo diluido
en los paramos tristes del invierno.
Me quedo en medio de la singladura
de los barcos del dueño, en la imposible
tardanza del dominio de los pájaros
atravesando el humo de las sombras.
Me nace en el otero de mis manos
un monte de palomas encendidas
en la orilla del alba. Me conduce
otra nada de nuevo a otro destino
desde el hueco del mar hasta tus ojos
y están desnudos de miradas, vanos
quemantes como el fuego, brizna dulce,
meridiano cansancio de abandono.
José María Muñoz Quirós


RECORDANDO A ANTONIO MACHADO

Miro en Sevilla un pájaro, una fuente,
un dominio de alondras, un secreto
en las calles delgadas, un caliente
rumor de copla que se lleva el viento.
Escucho los murmullos y las palmas
que se baten a ciegas, que son breves
como el paso del agua, que nos hieren
en lo más hondo y frágil de su alma.
Y allí Antonio Machado se levanta
en medio de la arena del recuerdo,
habita en las palabras que alguien canta,
duerme en los sueños tristes del silencio.
En el patio descansa un limonero
donde una fuente breve deja el agua
caer como las alas de un jilguero
en el chorro tan dulce de sus ramas.
Un niño juega. El padre está callado
en su despacho oscuro. Están las moscas
en revuelo de infancia, y se ha parado
el tiempo en el reloj. Suenan las horas,
suena la tarde, suena en el lamento
de Sevilla un grito en la garganta:
la infancia escapa toda en un momento,
la infancia suena siempre en la guitarra. 

       José María Muñoz Quirós